Iba montada en un coche bastante viejo con no recuerdo bien quién. El conductor podría ser Dani, pero no estoy segura. Yo tenía prisa en llegar. Parecía que hubiésemos salido de un lugar de sueños, ficticio, de videojuego. El camino serpenteaba; era un carril de tierra que sorteaba los olivos. Más rápido. Y fuimos tan rápido que, en una curva, el coche se salió del camino. Había un desnivel de unos cuatro metros y caímos hacia abajo. En los primeros metros pareció que fuésemos a tener suerte, pues el coche se mantuvo en pié, pero en el impacto de las ruedas delanteras con el suelo, volcamos hacia delante. Yo y mi acompañante salimos corriendo del coche en busca de Dani, que estaba inconsciente en el suelo. Por suerte, tras unos instantes recuperó el conocimiento.
Pero ¿qué íbamos a hacer ahora, perdidos en mitad de dos lugares, ni en uno ni en otro?