lunes, 26 de diciembre de 2011

Soñé que me volvía tan loca como quería. Soñé despierta que lo hacía.
Me escapaba de todos mis mundos para irme directa al segundo. Desaparecía de todos los sitios sin contárselo a nadie: si no estaba en ninguna memoria, no estaría en ninguna parte. Seguía los impulsos que siempre me habían prohibido seguir, iba en su búsqueda al mundo sin cuadrículas ni reglas, sin vigilantes de seguridad ni rejas. Sin nadie más.  
Escaparía de mí misma tan solo por un día, o dos, o tres, para vivir despierta el sueño de la noche, en el que abro los ojos y no me tengo ningún reproche. Sería una refugiada con el pretexto de ser un sueño. Fumaría tabaco sin saber hacerlo.

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